El lenguaje en los niños ciegos: su relación con el conocimiento del mundo que les rodea
El lenguaje de los niños pequeños es una ventana única para mirar su realidad. Da significado a lo que considera importante, a lo que advierte, lo que comprende y despierta su curiosidad. La investigación del lenguaje temprano de los niños con vista indica que está dominado por palabras que adquieren su significado durante la infancia, a través de las propias acciones y percepciones. Las palabras tienden a ser etiquetas para las cosas sobre las que el niño actúa, por ejemplo, "galleta", "pelota" o cosas que implican acción o cambio, por ejemplo, "auto", "teléfono". Etiquetas para las personas o animales, "mamá", "perro", "bebé" son comunes, porque las personas y los animales generan acciones y porque los niños interactúan con ellas y están a éstas afectivamente unidos.
El primer lenguaje de todos los niños se relaciona con sus experiencias perceptivas pero en el que es ciego estas experiencias se reducen. La vista y el oído proporcionan información sobre lo que sucede a distancia. El niño ciego tiene poca o ninguna visión y el sonido suele ser difícil de identificar, por lo cual son las experiencias más cercanas del tacto, gusto y olfato las que inicialmente ejercita. Las experiencias de los otros o los hechos de los cuales no se participa, percibidos con interés por quien ve, son desconocidos para el ciego. Una información espacial que el que ve adquiere con una mirada, requiere de quien no ve una exploración secuenciada, síntesis y reconstrucción. Así, el lenguaje del niño con impedimento visual se centra más en sí mismo y no se orienta, al comienzo, hacia el medio o hacia experiencias que le son ajenas.
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